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Esencia...eso es lo que me traje del Besamanos de Dolores del Cerro.No he visto un Besamanos igual al que tuve la suerte de poder contemplar,era para sentarse en el banco y ver lo que allí estaba sucediendo.
Lo que mis ojos vieron fue la lección más grande de amor y cariño de todo un barrio hacia su Virgen,como un nieto acerca a la abuela la mano de la Virgen,ver jóvenes con una flor en la mano para regalarsela a cambio de un beso,ver a esa persona sentada frente a ella y sin saber porque motivo no para de llorar y que bien sienta suspirar delante de ella y que la brisa que sale desde lo más profundo de nuestro ser acaricie su bendito rostro y perdido entre este mar de contemplaciones me encuentro como esta Madre que habla y le cuenta y le pide a La Virgen.
Más tarde supe lo que sucedió en ese intercambio de miradas entre ellas dos,supe Dolores,lo que eres capaz de provocar,pude comprender que cuando dos Madres se hablan,simplemente hay que escuchar y callar.
Gracias,Dolores,por permitirme ver la mayor demostración de Amor de la Madre de mis hijas.Volví con la sensación de que te venías con nosotros y con la certeza de que quedé absolutamente enamorado de vosotras.